jueves, 7 de febrero de 2013

Quiero escribir

Cuando era pequeña me encantaba escribir; con una horrible caligrafía, escribía muchas historias de fantasía con la vieja máquina de escribir de mi madre. A los 10 años pedí a los 'reyes magos' una grabadora, me divertía mucho grabando las conversaciones de la gente o haciéndoles 'entrevistas'. No recuerdo dónde estarán esos cassettes.

En mi adolescencia, pasé de escribir historias inventadas a escribir sobre mis sentimientos cuando me encontraba mal. Algo muy común en esa época, cuando las emociones estaban a flor de piel y cualquier mínimo problema era peor que una tragedia griega. Pero al menos no perdía el hábito de escribir.

A los 18 me tocó elegir qué carrera quería estudiar. Nos alentaban a preguntarnos a nosotros mismos: ¿qué quiero ser en la vida? Y como no tenía ni idea, obviamente, elegí estudiar Periodismo mientras se me aclaraban las ideas. Supuse que con el tiempo lo tendría más claro. Estaba equivocada.

Así, estudié la carrera que más me llamaba la atención, que me permitiría hacer lo que más me gusta y que retrasaría unos cuatros años más la pregunta de: ¿Qué quiero ser en la vida?

Después de la carrera, hice prácticas en varios medios de comunicación. Me gustaba mucho lo que hacía. Pero eso acabó y ahora no hay trabajo.

Así que ahora me encuentro con otra pregunta: Y, ¿ahora que hago con mi vida?

Y la respuesta es clara: Disfrutarla.

En los colegios deberían dejar de presionar a los niños, obligándoles a elegir qué quieren en sus vidas. Eso sólo crea frustración, tristeza y baja autoestima. Y al final, dejas de disfrutar tus sueños. Lo que deberían enseñarnos es a ser felices con lo que consigamos en la vida y ya está.

Así que yo seguiré escribiendo por la mera satisfacción de hacerlo. Tal y como hacía de pequeña.